Tras el leve fracaso de su anterior aventura musical, vuelve por terrenos conocidos, de nuevo con
Roy Z (que finalmente no participó en
Skunkworks al marcharse de gira con
Tribes of Gypsies) y... ¡sorpresa! con
Adrian Smith, otro ex-
Maiden de lujo, maestro de las seis cuerdas. El resultado es una obra más dura y oscura, más metal. Fue su primer gran éxito de ventas y convenció a crítica y público por igual. Sus razones: El machaconeo grave y distorsionado de guitarra y los gorgoritos casi épicos de
Dickinson en
Freak y
Starchildren, así de entrada, ya ponen tiernecito al más pintado, alcanzando niveles estratosféricos en
Accident of Birth y
Darkside of Aquarius (acongojante!!). No faltan las baladas Made in Dickinson-Z, efectivas y emotivas son
Man of Sorrows y
Arc of Space, pero
Omega consigue unir estupendamente la fuerza de unas y la sensibilidad de otras en uno de los mejores momentos del disco. Imprescindible.
1998
THE CHEMICAL WEDDING¿Que carajos es esto? ¿Un disco conceptual sobre textos de un místico romántico ingles? ¿Pero que se han fumado estos? Tranquilos, que no panda el cúnico.
Dickinson,
Z y
Smith sabían muy bien lo que se hacían. Tan solo un año después de su triunfante anterior disco, el tio
Bruce riza el rizo con un disco conceptual basado en textos tardíos de
William Blake sobre alquimistas enloquecidos, mesianismo retorcido y pasiones desaforadas (de él tambien son las pinturas que aparecen en el libreto y la magnífica portada). Estilísticamente continua la estela del anterior, oscureciéndose mucho, muchísimo más, llegando a un estado de opera metal barroca deliciosamente cojonuda, y de una perfección magistral en las composiciones.
King in Crimson es una introducción estremecedoramente enérgica a este siniestro viaje,
The Chemical Wedding roza la perfección melodica, lo mismo se podría decir de
The Tower. El oscurantismo llega a sus más altas cotas en
Book of Thel, eso sí a ritmo trepidante. Y a quien no se le ponga la piel de gallina escuchando
Gates of Urizen, tiene horchata en las venas. Con
Trumpets of Jericho y la cojonuda
Machine Men llegamos a momentos casi de thrash metal. Pero lo mejor estaba reservado para el final,
The Alchemist, hermosamente tétrica, grandilocuente, cual final evangélico que poco a poco demuestra ser profético al convertirse de nuevo en
The Chemical Wedding, "... and so we lay, we lay in the same grave, our chemical wedding day". Obra Maestra.
2005
TYRANNY OF SOULSQuizá no me debiera precipitar con la crítica de este último disco, aunque ya lo he escuchado repetidas veces, aun lo tengo relativamente reciente. Pongamonos en situación: tras otro nuevo éxito con
The Chemical Wedding, los
Maiden le proponen a
Dickinson volver. Los dos discos que sacaron con su nuevo cantante,
Blaze Bayley, han estado lejos de ser satisfactorios en críticas y en ventas.
Dickinson pone como condición que también vuelva
Adrian Smith y así firman un nuevo contrato del que de momento han salido el muy powerslaveiano (que se parece al
Powerslave, cojones)
Brave New World y el curioso aunque sosete
Dance of Death, aun así infinitamente mejores que
X Factor y el insufrible
Virtual XI. Asi que en un descanso entre final de tour y antes de comenzar a trabajar en el siguiente disco de los
Irons, vuelven a juntarse el habitual trio
Dickinson,
Z y
Smith para grabar este nuevo LP, que si bien recuerda algo al
Accident of Birth, lo hace más al estilo de
Maiden. No hay cambios sustanciales y tampoco sorprende demasiado en ningún momento, puede que sea por el escaso tiempo que han tenido para componer y grabar, pero todo parece ya escuchado antes. Hay buenas canciones,
Abduction y
Soul Intruders (esta es muy
Maiden) son de un heavy contundente y eficaz.
Kill Devil Hill es otra que no decepcionará a los hard-dead-fans de la "Dama". Me han resultado más interesantes la balada
Navigate the Seas of the Sun y el medio tiempo
A Tyranny of Souls al conseguir distanciarse algo más del resto. Curioso también algún pequeño apunte electrónico en algunas canciones. Interesante sin más.
Los discos en directo también son muy recomendables, especialmente el
Scream for Me, Brazil, del tour de
The Chemical Wedding, centrado principalmente en temas de este disco, con un público realmente enfervorecido y que tiene una estupenda versión de
Gates of Urizen con todos volcados coreándola como posesos.