jueves, noviembre 03, 2005

Jane's Addiction - Nothing's Shocking

Jane's Addiction - Nothing's ShockingEste es uno de esos discos, que a veces os he comentado, que revisito con cierta frecuencia. Es un disco importante en mi vida musical, sin ninguna duda. En el verano de 1991 yo tenía una banda en la que hacía como que cantaba y en la que de vez en cuando me atrevía con los teclados, éramos horrorosos, pero que se podía esperar de unos chavales de 14-15 años?, tan solo el bajista era bueno, realmente bueno para ser unos mañacos golpeando nuestros instrumentos. Era él el que por aquél entonces no paraba de hablar de Jane’s Addiction, se intentaba hacer con todo, principalmente grabaciones pirata y videos, estaba obsesionado. El disco que más escuchaba era, por supuesto, Ritual de lo Habitual, el por aquel entonces, y hasta 13 años después, último LP de la banda angelina.

Reconozco que yo no estaba nada interesado en esta panda de raritos haciendo un pseudo-rock extraño, no estaba muy por la labor de meterme a experimentar. En aquellos momentos y desde mediados de los 80 yo llevaba dándole caña al Heavy Metal: Helloween, Judas Priest, Accept, Iron Maiden... se que ahora puede parecer extraño que un chaval se colgara por el metal a los 9 años, pero os aseguro que en mi colegio las camisetas de Eddie (la mascota de los Maiden) eran legión. A principios de los 90 yo ya estaba dando el salto al Thrash Metal, Black Metal, Death Metal y otros metales pesados, vamos, que me iba la caña burra. Lo más suave que me atreví a probar por aquel entonces fue el Appetitte for Destruction de los Guns ‘n’ Roses.

Algo se nos venía encima, el grunge ya había cuajado y estaba a puntito de cruzar el charco, y si bien los Jane’s no pueden entrar en el mismo saco, estaban liderando parte de ese nuevo rock alternativo. Un día no se bien lo que pasó, en esos intercambios de cassettes y cds, me llevé a casa el Nothing’s Shocking, supongo que no muy convencido. Esa noche aquel disco me descubrió sensaciones completamente nuevas, creo que lo debí de escuchar 3 o 4 veces seguidas a oscuras, tumbado en mi cama con los cascos puestos. Desde las suaves primeras notas de Up the Beach hasta el ritmo casi bailable de Pigs in Zen, el disco me transportó a la playa de Venice en un día nublado, las melancólicas sonoridades de la tremenda Summertime Rolls o la preciosa sencillez de Jane Says, al fin comprendí lo que mi compañero sentía por aquel grupo. Uno de los grandes de ese cambio de década y desde entonces uno de mis favoritos, y que con cinco discos, dos de ellos directos, tienen una discografía facilmente abarcable entre la serie media de cualquier comercio. Dicen que Ritual de lo Habitual es el mejor de su discografía, el más inspirado, el más pulido, yo sigo prefiriendo este.