Death to Smoochy!!
Esta mañana, leyendo las noticias del periódico, me encuentro con la nueva de que sanidad estudia prohibir a los ídolos infantiles anunciar bollería industrial y otras porquerías alimenticias, por el asunto, tan comentado ultimamente, de la obesidad juvenil. Rapidamente me ha venido a la mente la imagen de Smoochy, ese esponjoso rinoceronte de color rosa aconsejando a los niños comer frutas y verduras, no tomar azucar, ni gluten, ir al campo, amar a los animales, etc, etc. ¡Pero como? ¿Que no sabeis quien carajo es Smoochy? Menos mal que aquí esta vuesto adorado Spider para poneros al corriente. Los autografos después.
Hará ya casi un par da años que Datzia me dijo que tenía que ver la peli de Death to Smoochy (en España Smoochy a secas). Me quedé a cuadros y le pregunté "esa de Edward Norton vestido de rinoceronte rosa?, me tomas el pelo?". Sí, efectivamente no me lo estaba tomando, simplemente me contestó algo como "a ti te gustará", algo que me dejó más confundido todavía, pensé "que pasa tengo pinta de gay?, tengo cara de que me gusten los bodrios o que?". Luego entendí que se refería a que le pillaría ese punto de mala baba que tiene la peli, y es que ciertamente no tiene desperdicio. Cientos de veces había mirado de reojo aquella portada en el videoclub, incluso creo que alguna vez le di la vuelta para encontrarme con una no menos explicativa sinopsis y con que Danny DeVito era culpable de todo aquello.
A los pocos minutos de empezar ya estaba totalmente enganchado, Robin Williams hace uno de los papeles más carismáticos de su carrera interpretando a la podrida, corrupta, ambiciosa, hipócrita, estrella infantil Rainbow Randolph, adorable. Edward Norton bajo la piel del intachable, insobornable e indeleble Smoochy, un personaje que de tan bueno parece imbecil integral por momentos, y que acaba sustituyendo a Randolph en su programa de TV, tras el enésimo escándalo que protagoniza. En algunos momentos llegué a ansiar que el putrefacto Randolph, lleno de odio y rencor, culpándole por haber perdido su trabajo y su chica, consiguiera acabar con él. Pero inevitablemente Smoochy se hace de querer, sobre todo cuando cae en el lado del fango, por culpa de los montajes y falsas acusaciones que le lanzan, como esa estupenda interpretación ante unos "niños" un tanto peculiares.
Para mi una de las mejores comedias que han llegado de Estados Unidos en los últimos años. No tan ácida como Bad Santa, pero mucho más redonda.
Hará ya casi un par da años que Datzia me dijo que tenía que ver la peli de Death to Smoochy (en España Smoochy a secas). Me quedé a cuadros y le pregunté "esa de Edward Norton vestido de rinoceronte rosa?, me tomas el pelo?". Sí, efectivamente no me lo estaba tomando, simplemente me contestó algo como "a ti te gustará", algo que me dejó más confundido todavía, pensé "que pasa tengo pinta de gay?, tengo cara de que me gusten los bodrios o que?". Luego entendí que se refería a que le pillaría ese punto de mala baba que tiene la peli, y es que ciertamente no tiene desperdicio. Cientos de veces había mirado de reojo aquella portada en el videoclub, incluso creo que alguna vez le di la vuelta para encontrarme con una no menos explicativa sinopsis y con que Danny DeVito era culpable de todo aquello.
A los pocos minutos de empezar ya estaba totalmente enganchado, Robin Williams hace uno de los papeles más carismáticos de su carrera interpretando a la podrida, corrupta, ambiciosa, hipócrita, estrella infantil Rainbow Randolph, adorable. Edward Norton bajo la piel del intachable, insobornable e indeleble Smoochy, un personaje que de tan bueno parece imbecil integral por momentos, y que acaba sustituyendo a Randolph en su programa de TV, tras el enésimo escándalo que protagoniza. En algunos momentos llegué a ansiar que el putrefacto Randolph, lleno de odio y rencor, culpándole por haber perdido su trabajo y su chica, consiguiera acabar con él. Pero inevitablemente Smoochy se hace de querer, sobre todo cuando cae en el lado del fango, por culpa de los montajes y falsas acusaciones que le lanzan, como esa estupenda interpretación ante unos "niños" un tanto peculiares.
Para mi una de las mejores comedias que han llegado de Estados Unidos en los últimos años. No tan ácida como Bad Santa, pero mucho más redonda.
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