viernes, mayo 27, 2005

Bórrenle la memoria

La chota Amigdala
No quiero extenderme con este post que me prometí no escribir, intentaré ser breve, claro y conciso:

El episodio III de Star Wars, también conocida como "Revenge of the Shits", osea "La venganza de los Mierdas", es eso, una puta mierda. Si algún espabilao que me lea me va a salir con la gilipollez de "es que a ver si no la has entendido..." o similar, se puede meter el comentario por donde el esfinter adquiere su nombre. Pero sí es cierto, para asombro incrédulo por mi parte, hay individuos que no acaban de entender la nueva saga (como si hubiera algo que comprender), pero dejaré este tema que daría para extenderse muchísimo más.

Tras los ataques epilépticos múltiples que me provocó la saturación de sables laser multicolor, naves zumbonas, explosiones explosivamente explosionantes y la mayor acumulación de disparos chiu-chiuneros de la historia; por no hablar de la saturación de androides, alienígenas, bichos tan extraños como prescindibles, megasaltos e irrefrenable chulería jedi; de repente pareció empezar el meollo de la conclusión de esta saga y enlace con la antigua. Historia que podría haberse condensado en 5 minutos, con el puto Anakin con más cara de palo todavía que en la anterior y con la Natalie Portman insulsa y sin enseñar nada de cacho (esto es realmente lo que me ha jodido). ¿Que es la mejor de esta trilogía? Puede ser, pero eso no es un mérito ya que debe ser físicamente imposible hacerlo peor que en las dos anteriores. De nuevo repleta de incoherencias, aunque no tantas, e intentando solucionar pasados errores con frases tan "ocurrentes" como: Bórrenle la memoria al androide de protocolo, ¿y R2D2 que? ¿y Kenobi que? ¿pierden la memoria con la edad y ya no se reconocen entre si? Yo sí que quiero que me borren la memoria para no recordar nada de estos tres pedazos de excrementos. Y ojo, que lejos de dejarlo correr vuelve con el puto tema de los "microbios" que dan la fuerza. ¡Me cago en la puta! que patada que le daría en la boca a Lucas cada vez que oigo ese nombre que no pienso reproducir aquí. Y no pienso salvarla por un par de ocurrencias predecibles como el guiño a Frankenstein.

Mal dirigida, mal narrada, saturada y saturante, un esperpento cinematográfico, como el barbudo de camisa de felpa a cuadros que la ha creado. Pero al fin y al cabo este tio jamás ha hecho un buen film, THX es infumable, American Graffitti estúpida e incoherente (vaya si es que no para), le sonó la flauta con la primera de Star Wars y desde entonces tira de esta gallina de los huevos de oro que solo tuvo una obra realmente notable, El Imperio Contraataca, precisamente por dejarle hacer a un director infinitamente mejor que él, Irvin Kershner.