Bruce Dickinson II (y se finí)
1997 ACCIDENT OF BIRTH
Tras el leve fracaso de su anterior aventura musical, vuelve por terrenos conocidos, de nuevo con Roy Z (que finalmente no participó en Skunkworks al marcharse de gira con Tribes of Gypsies) y... ¡sorpresa! con Adrian Smith, otro ex-Maiden de lujo, maestro de las seis cuerdas. El resultado es una obra más dura y oscura, más metal. Fue su primer gran éxito de ventas y convenció a crítica y público por igual. Sus razones: El machaconeo grave y distorsionado de guitarra y los gorgoritos casi épicos de Dickinson en Freak y Starchildren, así de entrada, ya ponen tiernecito al más pintado, alcanzando niveles estratosféricos en Accident of Birth y Darkside of Aquarius (acongojante!!). No faltan las baladas Made in Dickinson-Z, efectivas y emotivas son Man of Sorrows y Arc of Space, pero Omega consigue unir estupendamente la fuerza de unas y la sensibilidad de otras en uno de los mejores momentos del disco. Imprescindible.
1998 THE CHEMICAL WEDDING
¿Que carajos es esto? ¿Un disco conceptual sobre textos de un místico romántico ingles? ¿Pero que se han fumado estos? Tranquilos, que no panda el cúnico. Dickinson, Z y Smith sabían muy bien lo que se hacían. Tan solo un año después de su triunfante anterior disco, el tio Bruce riza el rizo con un disco conceptual basado en textos tardíos de William Blake sobre alquimistas enloquecidos, mesianismo retorcido y pasiones desaforadas (de él tambien son las pinturas que aparecen en el libreto y la magnífica portada). Estilísticamente continua la estela del anterior, oscureciéndose mucho, muchísimo más, llegando a un estado de opera metal barroca deliciosamente cojonuda, y de una perfección magistral en las composiciones. King in Crimson es una introducción estremecedoramente enérgica a este siniestro viaje, The Chemical Wedding roza la perfección melodica, lo mismo se podría decir de The Tower. El oscurantismo llega a sus más altas cotas en Book of Thel, eso sí a ritmo trepidante. Y a quien no se le ponga la piel de gallina escuchando Gates of Urizen, tiene horchata en las venas. Con Trumpets of Jericho y la cojonuda Machine Men llegamos a momentos casi de thrash metal. Pero lo mejor estaba reservado para el final, The Alchemist, hermosamente tétrica, grandilocuente, cual final evangélico que poco a poco demuestra ser profético al convertirse de nuevo en The Chemical Wedding, "... and so we lay, we lay in the same grave, our chemical wedding day". Obra Maestra.
2005 TYRANNY OF SOULS
Quizá no me debiera precipitar con la crítica de este último disco, aunque ya lo he escuchado repetidas veces, aun lo tengo relativamente reciente. Pongamonos en situación: tras otro nuevo éxito con The Chemical Wedding, los Maiden le proponen a Dickinson volver. Los dos discos que sacaron con su nuevo cantante, Blaze Bayley, han estado lejos de ser satisfactorios en críticas y en ventas. Dickinson pone como condición que también vuelva Adrian Smith y así firman un nuevo contrato del que de momento han salido el muy powerslaveiano (que se parece al Powerslave, cojones) Brave New World y el curioso aunque sosete Dance of Death, aun así infinitamente mejores que X Factor y el insufrible Virtual XI. Asi que en un descanso entre final de tour y antes de comenzar a trabajar en el siguiente disco de los Irons, vuelven a juntarse el habitual trio Dickinson, Z y Smith para grabar este nuevo LP, que si bien recuerda algo al Accident of Birth, lo hace más al estilo de Maiden. No hay cambios sustanciales y tampoco sorprende demasiado en ningún momento, puede que sea por el escaso tiempo que han tenido para componer y grabar, pero todo parece ya escuchado antes. Hay buenas canciones, Abduction y Soul Intruders (esta es muy Maiden) son de un heavy contundente y eficaz. Kill Devil Hill es otra que no decepcionará a los hard-dead-fans de la "Dama". Me han resultado más interesantes la balada Navigate the Seas of the Sun y el medio tiempo A Tyranny of Souls al conseguir distanciarse algo más del resto. Curioso también algún pequeño apunte electrónico en algunas canciones. Interesante sin más.
Los discos en directo también son muy recomendables, especialmente el Scream for Me, Brazil, del tour de The Chemical Wedding, centrado principalmente en temas de este disco, con un público realmente enfervorecido y que tiene una estupenda versión de Gates of Urizen con todos volcados coreándola como posesos.
1998 THE CHEMICAL WEDDING
¿Que carajos es esto? ¿Un disco conceptual sobre textos de un místico romántico ingles? ¿Pero que se han fumado estos? Tranquilos, que no panda el cúnico. Dickinson, Z y Smith sabían muy bien lo que se hacían. Tan solo un año después de su triunfante anterior disco, el tio Bruce riza el rizo con un disco conceptual basado en textos tardíos de William Blake sobre alquimistas enloquecidos, mesianismo retorcido y pasiones desaforadas (de él tambien son las pinturas que aparecen en el libreto y la magnífica portada). Estilísticamente continua la estela del anterior, oscureciéndose mucho, muchísimo más, llegando a un estado de opera metal barroca deliciosamente cojonuda, y de una perfección magistral en las composiciones. King in Crimson es una introducción estremecedoramente enérgica a este siniestro viaje, The Chemical Wedding roza la perfección melodica, lo mismo se podría decir de The Tower. El oscurantismo llega a sus más altas cotas en Book of Thel, eso sí a ritmo trepidante. Y a quien no se le ponga la piel de gallina escuchando Gates of Urizen, tiene horchata en las venas. Con Trumpets of Jericho y la cojonuda Machine Men llegamos a momentos casi de thrash metal. Pero lo mejor estaba reservado para el final, The Alchemist, hermosamente tétrica, grandilocuente, cual final evangélico que poco a poco demuestra ser profético al convertirse de nuevo en The Chemical Wedding, "... and so we lay, we lay in the same grave, our chemical wedding day". Obra Maestra.
2005 TYRANNY OF SOULS
Quizá no me debiera precipitar con la crítica de este último disco, aunque ya lo he escuchado repetidas veces, aun lo tengo relativamente reciente. Pongamonos en situación: tras otro nuevo éxito con The Chemical Wedding, los Maiden le proponen a Dickinson volver. Los dos discos que sacaron con su nuevo cantante, Blaze Bayley, han estado lejos de ser satisfactorios en críticas y en ventas. Dickinson pone como condición que también vuelva Adrian Smith y así firman un nuevo contrato del que de momento han salido el muy powerslaveiano (que se parece al Powerslave, cojones) Brave New World y el curioso aunque sosete Dance of Death, aun así infinitamente mejores que X Factor y el insufrible Virtual XI. Asi que en un descanso entre final de tour y antes de comenzar a trabajar en el siguiente disco de los Irons, vuelven a juntarse el habitual trio Dickinson, Z y Smith para grabar este nuevo LP, que si bien recuerda algo al Accident of Birth, lo hace más al estilo de Maiden. No hay cambios sustanciales y tampoco sorprende demasiado en ningún momento, puede que sea por el escaso tiempo que han tenido para componer y grabar, pero todo parece ya escuchado antes. Hay buenas canciones, Abduction y Soul Intruders (esta es muy Maiden) son de un heavy contundente y eficaz. Kill Devil Hill es otra que no decepcionará a los hard-dead-fans de la "Dama". Me han resultado más interesantes la balada Navigate the Seas of the Sun y el medio tiempo A Tyranny of Souls al conseguir distanciarse algo más del resto. Curioso también algún pequeño apunte electrónico en algunas canciones. Interesante sin más.
Los discos en directo también son muy recomendables, especialmente el Scream for Me, Brazil, del tour de The Chemical Wedding, centrado principalmente en temas de este disco, con un público realmente enfervorecido y que tiene una estupenda versión de Gates of Urizen con todos volcados coreándola como posesos.
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