Otra insoportable película del trio de criajos más ostiables de la historia del cine. Tres horas de insufrible película que como gilipollas nos volvemos a tragar. Ahora además de todo el jodido rollaco de la magia y los profesores y el malo de turno, nos vienen con las neuras de la pubertad, principalmente las de la cria Hermión esta, que más que ninguno necesita que la sodomicen con un miembro descomunal mientras se traga otro igual de grande que le fuerce la mandíbula hasta sus límites físicos; supongo que la tontería le viene por ver que a todas sus compañeras ya le han empezado a crecer los pechos y a ella no o que se tiene que conformar con el imbecil de Ron mientras Harry suelta las babas por la china Cho Chín.
Un film que podría haber acabado decentemente en una orgía desenfrenada con litros y litros de flujo vaginal y semen cubriendo la pantalla y no con el amongolado del Fiennes jurando venganza (que original) con voz nasal. Si hasta sale la niña fantasma esa intentando hacerle felaciones al Pottas y el tio se raja y sale por patas. Nos ha salido gay el niño.
Hay que ver lo que está dando de si la saga de la petarda Rowling, teniendo en cuenta que ha plagiado descarada e impudicamente al maestro Gaiman (leeros, leeros Los Libros de la Magia, guapetones), en el metro pidiendo limosna tendría que continuar.
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