The Darkness - One Way Ticket To Hell ...And Back

El disco, como pasó con el anterior, rezuma sonido 70's por los cuatro costados. Menos rockero, más limpio y con una técnica mucho más depurada, tanto en la ejecución como en la producción. Un placer para los oidos con más medios tiempos y unas guitarras que alcanzan el virtuosismo canción sí, canción también. El que no los soportó en su anterior LP, que ni lo intente con este, las influencias de los Boston, Queen, etc, siguen ahí y aunque Justin está mucho más relajado y natural cantando, no deja de hacer sus agudísimos falsetes.
Flautas de pan, gaitas, solos de sitar y arreglos orquestales, están en el disco, es cierto, como ellos mismos advierten en su web oficial. Al escuchar el principio de la primera canción pensarás que te has equivocado de disco, pero luego llegán las guitarras y todo vuelve a la normalidad, o casi, las seis cuerdas también se han enriquecido en su sonido, sin dejar la evidente influencia de Bryan May, hay algunos riffs que suenan a pop ochentero, slides setenteros, casi country e incluso arranques disco. Un disco plagado de matices para descubrir con cada nueva escucha.
No hay canción en este LP que no merezca ser destacada, las más rockeras como One Way Ticket o la más oscura y acedeciana Bald, las casi poperas Knockers o Dinner Lady Arms, la excesiva, orquestal y bella Seemed Like A Good Idea At The Time, la de tintes irlandeses Hazel Eyes, la queen-operística Blind Man...
En fin, muy muy recomendable y probablemente superior a su debut, al menos en todo el apartado técnico.
Flautas de pan, gaitas, solos de sitar y arreglos orquestales, están en el disco, es cierto, como ellos mismos advierten en su web oficial. Al escuchar el principio de la primera canción pensarás que te has equivocado de disco, pero luego llegán las guitarras y todo vuelve a la normalidad, o casi, las seis cuerdas también se han enriquecido en su sonido, sin dejar la evidente influencia de Bryan May, hay algunos riffs que suenan a pop ochentero, slides setenteros, casi country e incluso arranques disco. Un disco plagado de matices para descubrir con cada nueva escucha.
No hay canción en este LP que no merezca ser destacada, las más rockeras como One Way Ticket o la más oscura y acedeciana Bald, las casi poperas Knockers o Dinner Lady Arms, la excesiva, orquestal y bella Seemed Like A Good Idea At The Time, la de tintes irlandeses Hazel Eyes, la queen-operística Blind Man...
En fin, muy muy recomendable y probablemente superior a su debut, al menos en todo el apartado técnico.
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