El desayuno
Sí, lo reconozco, he vuelto a las andadas, y no contento con eso os voy a dar todo lujo de detalles. Tras estar bastante tiempo sin contaros mis andanzas con el género femenino, se impone un post poniendoos al corriente. Como recordareis me autoimpuse unos días de relax y ayuno mamario, que he de reconocer que me salté en una ocasión y que he tenido mis pequeños flirteos. Os comenté que mis últimas experiencias fueron con "La Chilipepper" y que comencé a tontear de mala manera con una chica de curvas rebosantes. Esta misma ya tiene dos opciones para mote blogeril (también se aceptan sugerencias), el sector fálico del grupo con el que suelo quedar la ha apodado "La Jacapaca" y las envidiosas marujas, en concreto "La Chilipepper" la han rebautizado como "La aprendiz de Potrilla", aunque podemos dejarlo en "Potrilla" a secas. Espero ansioso vuestros consejos.
Centrándome en el tema, "La Jacapaca" o "Potrilla" vino a mi casa de imprevisto el sábado, supuestamente para animarme a salir, ya que pensaba quedarme en casa. Digo supuestamente puesto que quedó claro que lo que quería era quedarse conmigo y, por supuesto, le dí lo que quería y se merecía, que cojones, le dí mucho más. La seguí en un momento en que iba al aseo a "perfilarse los labios" y acabó con ese portentoso trasero al aire y recibiendo más carne de lo que pueda olvidar. Lo que no me esperaba es que fuera de esas que les gusta que las insulten y les azoten mientras te las follas a lo bestia, con lo modosita que parecía la cerda. Cada vez que le decia lo de puta, guarra, cerda, zorra o similar y le azotaba el trasero, parecía tener un espasmo y su coño sufría una contracción que me exprimía completamente y me gritaba que la insultara y le diera más fuerte.
No voy a extenderme en todo lo que ocurrió ese día y al siguiente, porque se haría interminable, pero resumiendo, ahora que me planteaba cambiar mi tipo de relación con las mujeres, y creía haber encontrado una que me satisfacía en todos los sentidos, ha resultado ser como la mayoría, una guarrilla. Si al final tendrá razón mi amigo Stone y el tipo de mujer que yo quiero es el tipo de mujer que jamás estaría conmigo.
Centrándome en el tema, "La Jacapaca" o "Potrilla" vino a mi casa de imprevisto el sábado, supuestamente para animarme a salir, ya que pensaba quedarme en casa. Digo supuestamente puesto que quedó claro que lo que quería era quedarse conmigo y, por supuesto, le dí lo que quería y se merecía, que cojones, le dí mucho más. La seguí en un momento en que iba al aseo a "perfilarse los labios" y acabó con ese portentoso trasero al aire y recibiendo más carne de lo que pueda olvidar. Lo que no me esperaba es que fuera de esas que les gusta que las insulten y les azoten mientras te las follas a lo bestia, con lo modosita que parecía la cerda. Cada vez que le decia lo de puta, guarra, cerda, zorra o similar y le azotaba el trasero, parecía tener un espasmo y su coño sufría una contracción que me exprimía completamente y me gritaba que la insultara y le diera más fuerte.
No voy a extenderme en todo lo que ocurrió ese día y al siguiente, porque se haría interminable, pero resumiendo, ahora que me planteaba cambiar mi tipo de relación con las mujeres, y creía haber encontrado una que me satisfacía en todos los sentidos, ha resultado ser como la mayoría, una guarrilla. Si al final tendrá razón mi amigo Stone y el tipo de mujer que yo quiero es el tipo de mujer que jamás estaría conmigo.
Nadine Jansen, otra vez por petición popular (cerdos!)
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